Ir al canal de Telegram

Fracasar para tener éxito

Jul 09, 2025

¿Cuántas veces tiene que fracasar una persona para poder tener éxito? ¿En qué se basa el fracaso?

Para muchos, el fracaso es algo que genera demasiada vergüenza. Sin embargo, no podemos negar que es un paso para tener éxito.

El fracaso no es más que una percepción limitada, una etiqueta que colocamos a experiencias que no salieron como esperábamos, pero que en realidad son oportunidades de aprendizaje y expansión.

Tipos de Fracaso

1.      Emocional

Es el que se refiere a las relaciones interpersonales. Las relaciones son uno de los ámbitos donde el miedo al fracaso puede ser más intenso. Creemos que, si una relación no funciona, hemos fallado.

Sin embargo, desde mi perspectiva, cada interacción nos enseña algo sobre nosotros mismos, nuestros valores y nuestra capacidad de comprendernos a nosotros mismos. Fracasar en una relación no significa que hemos fallado como personas, sino que hemos aprendido más sobre lo que realmente deseamos crear en nuestras vidas.

 

2.      Laboral

Se trata de esos lugares donde no cumples tus objetivos en tu desempeño laboral. En el ámbito profesional, el fracaso suele medirse en términos de metas no alcanzadas, proyectos inconclusos o desafíos que no superamos.

Pero, ¿y si cada obstáculo fuera una invitación a mirar más allá de nuestras estructuras mentales? Hay preguntas muy poderosas que podemos hacernos, como: «¿Qué más es posible aquí que aún no he considerado?». Al hacerlo, abrimos la puerta a nuevas posibilidades y descubrimos habilidades que ni siquiera sabíamos que teníamos.

 

3.      Físico

Es aquel que tiene que ver con el cuerpo y la salud, cuando no logramos las metas físicas que nos hemos propuesto. El cuerpo es un reflejo de nuestra energía y nuestras creencias. Si etiquetamos como fracaso no alcanzar cierto peso o nivel de condición física, nos desconectamos del diálogo que nuestro cuerpo tiene con nosotros.

Access Consciousness sugiere preguntarnos: «¿Qué conciencia me está mostrando mi cuerpo con esto?». De esta manera, pasamos de la frustración a la colaboración con nuestro propio cuerpo, permitiéndonos descubrir nuevas formas de bienestar.

En última instancia, el fracaso es una invitación a soltar las expectativas rígidas y abrirnos a lo desconocido. Es importante recordar que somos seres, capaces de crear realidades sorprendentes si dejamos de juzgarnos y comenzamos a hacer preguntas que expandan nuestras posibilidades.

¿Y si cada fracaso fuera simplemente una señal de que estamos en el camino hacia algo mucho más grande?

El éxito, desde esta perspectiva, no es un destino fijo, sino una experiencia en constante evolución. Me gustaría invitarlos a reconocer que el éxito verdadero surge cuando vivimos en congruencia con nuestros valores, con nuestra consciencia, permitiéndonos recibir y crear más allá de los juicios y las expectativas.

El éxito no es la ausencia de fracaso, sino la disposición a seguir adelante, a hacer preguntas y a mantenernos abiertos a lo desconocido, confiando en nuestra capacidad innata para crear una vida que realmente funcione para nosotros.

En nuestra sociedad, el éxito suele medirse en función de la cantidad de dinero que se posee o se genera. Sin embargo, en mis clases y talleres planteo que el dinero es simplemente una energía más en nuestras vidas y no una medida absoluta de éxito.

 Cuando dejamos de asociar el éxito únicamente con el dinero y comenzamos a verlo como una expansión de posibilidades, creatividad y bienestar, nuestra percepción cambia y abrimos la puerta a una realidad más próspera y consciente.

Si medimos el éxito únicamente por el dinero estamos menospreciando el incalculable valor que tiene una madre al quedarse con sus hijos, o un empleado gubernamental que no se deja chantajear, o una persona que gana menos dinero pero realmente hace lo que le gusta.

Para mí, el éxito se basa en la cantidad de personas a las que ayudo a ser felices. Y con mucha alegría puedo decir que el porcentaje es más del 70%. Lo cual está bastante bien, tomando en cuenta que vivimos en un sistema que parece hecho para generar estrés e infelicidad.

Durante mucho tiempo, me juzgué porque no generaba la cantidad de dinero que yo creía que toda persona exitosa debía tener, y fue exactamente cuando comencé a darme cuenta de que eso no era éxito para mí que comencé a generar más dinero. 

Mi punto: Es esencial que tengas claridad con tus valores, prioridades y objetivos para que puedas realmente medir si estás teniendo éxito.

¿Y si comienzas a medir el éxito según lo que es verdad para ti y no según los preceptos de la sociedad?

Rebeca Montoya

¿Estás listo para una vida maravillosa más allá de esta realidad? ¿Qué tal si ahora es el momento de elegir y de crear lo que siempre has deseado?

¡Sí, vamos!

¿Te gustaría estar actualizado?

Regístrate a nuestra lista para recibir notificaciones de todos los recursos que diariamente estoy ofreciendo, tanto gratis como pagos.

Odio las cuenta de SPAM. Ten la seguridad de que tu información no será compartida con nadie más